En el borde de uno de los anillos de Saturno, la nave espacial Cassini ha descubierto una enorme montaña de escombros que se extiende hasta una altura de más de dos kilómetros. Estos cambios en la forma del anillo son debido a la gravedad de las lunas locales y el planeta que lo hacen oscilar hacia atrás y adelante. Sin embargo, no todas estas formas pueden explicarse por las lunas o el planeta.
Ahora los científicos creen que los anillos están generando sus propias ondas, en un proceso llamado auto-excitación oscilante, que se cree es causada por la «sobreestabilidad viscosa» en el material que conforma los anillos. En ese proceso, los pequeños movimientos de las partículas del anillo alimentan energía en una ola y hacen que crezca. Los nuevos resultados confirman que este mismo proceso puede explicar todas las formas de onda que se forman en los densos anillos de Saturno, desde decenas de metros hasta cientos de kilómetros de ancho.
«Normalmente, la viscosidad o resistencia al flujo, amortigua las ondas, indicó Peter Goldreich un teórico de anillos planetarios del California Institute of Technology en Pasadena. «Pero los nuevos hallazgos muestran que, en las partes más densas de los anillos de Saturno, la viscosidad de hecho amplifica las ondas.»
Los seres humanos nunca han observado como las ondas se comportan en tan vastas estructuras de material, sólo tenemos el océano para estudiar y responde a condiciones muy diferentes. Sin embargo están utilizando estas observaciones para especular acerca de por qué las galaxias tienen las formas de espirales ya que sus formas se asemejan a los de los anillos de Saturno.
Imagen tomada por Cassini del anillo B de Saturno.
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